A partir del 1 de septiembre de 2018 quedará prohibida la venta y comercialización de bombillas halógenas, fabricadas
después del 31 de agosto, en el
territorio de la UE. Europa quiere avanzar
hacia otras formas de iluminación más eficiente y sostenible, como la que
ofrecen las lámparas de LED.
La directiva ErP (EC) 244/2009 entró en vigor en otoño de 2009 con el
objetivo de eliminar las fuentes de luz
ineficientes y avanzar
progresivamente hacia otras menos contaminantes.
Desde esa fecha se han empezado a retirar del mercado las lámparas
halógenas según su nivel de ineficiencia, de mayor a menor. Para esto se ha
tenido en cuenta el cumplimiento de ciertos requisitos técnicos como los
lúmenes, el número de encendidos o su tiempo de arranque, entre otros.
Cabe destacar que de esta prohibición quedan excluidas las tecnologías halógenas para las que aún no existe un reemplazo adecuado.
Las alternativas del mercado
La que se postula como gran alternativa a la que ha dominado
durante décadas el mercado de la iluminación pasa a ser la tecnología LED. La diferencia
de precio de las bombillas de LED respecto a las halógenas, siendo algo más
caras las primeras, se ve amortizada en
muy corto plazo gracias a su bajo consumo.
Además de la rebaja que suponen
en la factura de la luz, la iluminación
de LED cuenta con una vida útil notablemente más extensa, con lo que
también reducen el gasto en recambios.
El otro principal sustituto para las bombillas halógenas son las lámparas fluorescentes.
Su consumo de energía es menor y su vida útil más prolongada, pese a esto en
ninguno de estos dos aspectos consiguen llegar al nivel de las de LED.
La Unión Europea continúa
avanzando en su compromiso con una
transición energética que permita generar
y consumir la energía de manera más eficiente y respetuosa con el medio
ambiente.